Carta

Querida mamá:

    Esta carta va hacia la mujer que me dio la vida, la mujer que siempre me cuidó y me protegió demostrándome ser su debilidad. La mujer de mi vida, si mamá, me estoy refiriendo a ti.

    Sé que no soy la hija perfecta, ni tampoco la hermana perfecta. Sé que no os complacéis con vuestros caprichos para así contentarme a mí con mis bicis, para verme feliz haciendo lo que verdaderamente me gusta. (Siento estar demostrando lo contrario en estos momentos).

    Perdón por no taponarme de vez en cuando un oído y retener lo que me dices, recuerda que compartimos cerebro de mosquito. Perdón también por disgustarte con mis palabras y acciones. Odio hacerte pensar que no eres la madre que deseamos tener, pues no es así. Muchos desearían tenerte a ti como ejemplo, como compañera, como amiga y como madre. Por suerte, yo fui la afortunada a la que le tocó la lotería contigo.

    Gracias por estar siempre ahí, aunque discutamos la mayoría de las veces. Gracias mamá, por ser mi capitán américa, por reírte de mí y conmigo a la vez, por ser mi guía cuando te necesito. Me gustaría que cuando me haga mayor me siguieras recordando lo niña que soy, que lo hagas siendo pequeña a mi lado.

    Gracias por todo lo que me enseñaste y el amor que me inculcaste. Gracias por hacerme comprender que el amor verdadero es ese que se entrega, sin esperar nada a cambio. Todo lo que he alcanzado a día de hoy te lo debo a ti. 

Aunque no lo repita a menudo, te quiero muchisisisisimo.

Feliz día de la madre, eres la mejor.


    

Comentarios

Entradas populares de este blog

Huesos ante las cámaras

Un pozo sin fondo