ALMA EN LLAMAS

    1. Los peores llantos no eran los que todos veían. Los peores llantos sucedían cuando tu alma lloraba y no había manera de consolarte, hicieras lo que hicieras. Un trozo de ti se marchitaba y surgía una cicatriz en la parte de tu alma que sobrevivía. 

    2. Todos dicen que el fracaso es tu único enemigo. La única manera de ascender, es no mirar nunca hacia abajo. Triunfamos porque creemos en ello.

    3. Pero cuando atas a una persona demasiado fuerte... se lastima al liberarse o se queda atrapada para siempre. Yo soy de las que se quedan atrapadas.

    4. Uno se acostumbra a estar perdido. Es algo así como vagar por el espacio y flotar en medio de la nada. Al principio aturde, buscas desesperadamente tocar tierra firme, encontrarte, pero supongo que en algún momento dejas de sentir vértigo y piensas que en realidad no se está tan mal viviendo en un inmenso y oscuro vacío, porque puedes cerrar los ojos, puedes olvidar cómo era la sensación de estar anclado a algo, a alguien o al mundo.

    Puede, sencillamente, dejar de ser.

    5. Pero eso no fué lo que me sucedió, comencé a gritar todo lo que podía, lloré lo suficiente para que mi alma dejara de doler, pero no funcionaba, no se detenía, seguía lastimando en lo más remoto de mi interior, me estaba quemando sin prender fuego, era como tratar de comer cristales rotos. Hería. Hería tanto que querías sacarte el corazón para acabar con esta maldita mierda, y no tenía palabras para poder describir con exactitud lo que estaba sintiendo en ese momento, porque no había, no se podía. Ni siquiera la palabra más fea o dolorosa podía caber en un significado gigante a este sentimiento.

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